En el seno de la logia, las decisiones que afectan a su vida interna poseen una importancia capital. Lejos de ser simples trámites administrativos, estas decisiones reflejan la voluntad colectiva de sus miembros y definen la orientación operativa de la logia, por lo que se espera que sean guiadas por los principios fundamentales de la Orden: discreción, sabiduría, equidad y fraternidad.

La deliberación colectiva, en igualdad de condiciones y dentro del marco del respeto mutuo, es una de las expresiones más puras del trabajo masónico. Cada hermano, desde el aprendiz hasta el maestro, debe sentirse responsable de la marcha de su logia, entendiendo que su voz forma parte de un cuerpo más amplio, donde reina la búsqueda de la verdad y el perfeccionamiento moral.

En definitiva, las decisiones que atañen a la vida interna de la logia son más que actos de gestión: son momentos de construcción simbólica y de reafirmación del compromiso con la tradición iniciática y con los ideales universales de la masonería.